El genocidio es la máxima expresión del racismo estructural en Guatemala
Los
Pueblos Originarios de América hemos existido y habitado este
continente antes de la invasión española, tenemos nuestra propia visión
de la vida y del universo. El principio maya de la armonía con la
naturaleza se basa en el respeto entre todas las vidas
existentes en el planeta y el universo, de modo que ningún ser es
superior a otro. Sin embargo, esta lógica de pensamiento no ha coincido
con el modelo del sistema capitalista neoliberal que impera en todo el
mundo y que, basado en un racismo exacerbado ha negado los derechos de
los Pueblos Originarios. Por eso no extraña que el Estado de Guatemala
desde sus inicios se basó en el modelo racista, clasista y machista que
ha invisibilizado dentro su estructura los derechos de los pueblos y
mujeres mayas, garífunas y xinkas.
El
racismo estructural ha sido un mecanismo clave utilizado por el Estado
de Guatemala para subordinar a los pueblos Maya, Garífuna y Xinka. Por
medio de leyes eurcéntricas desde el periodo colonial a la actualidad
los gobiernos de Guatemala, los criollos y el capital transnacionales
históricamente han despojado inmensas extensiones de tierras a las
comunidades indígenas y han excluido del marco jurídico nacional a las
mujeres y hombres indígenas como sujetos de derechos, situación que se
evidencian en las Políticas de Estado que se han caracterizado por ser
hegemónicas y centralizadas.
Cuando
las comunidades indígenas se han organizado para denunciar los
continuos atropellos a su dignidad y han exigido el respeto a sus
derechos individuales y colectivos les han acusado de ser enemigos del
Estado. Por ello, para el Estado capitalista ser indígena en Guatemala
significa ser terrorista, comunista, resentido social, desestabilizador
de la ley, entre otros. Así es como se explica la máxima expresión del
terrorismo de Estado contra el Pueblo Maya en la época de los años
ochenta. Según la Comisión para el Esclarecimiento Histórico dejó un saldo en muertos y desaparecidos que supera las 200,000 víctimas (CEH, 1999).
Por
tal razón ante el juicio por genocidio y delitos contra los deberes de
humanidad, como Movimiento de Mujeres Indígenas Tz´ununija´ reconocemos los esfuerzos y la tenacidad de las mujeres sobrevivientes y de las y los testigos. Expresamos nuestra solidaridad a las mujeres
maya-Ixil víctimas sobrevivientes del genocidio que rompieron el
silencio y a pesar de las amenazas que han afrontado presentaron ante el
Tribunal Primero A de Mayor Riesgo, su testimonio del horror de la
violencia que vivieron durante los años más cruentos del conflicto
armado interno, cuando el general retirado José Efraín Ríos Montt
gobernó el país de marzo de 1982 a agosto de 1983. Los testimonios de
las mujeres maya-ixil coinciden con los resultados de varios estudios
científicos que se han realizado
que han demostrado que la violencia sexual fue parte medular del
genocidio.
Es de reconocer el trabajo realizado por las profesionales y los profesionales quienes realizaron los peritajes y demostraron
las graves violaciones a los derechos humanos cometidas contra el
Pueblo Maya-Ixil. Sus informes periciales evidenciaron que el Estado de
Guatemala a través del Ejército tuvo la intención de exterminar al
Pueblo Maya-Ixil.
También
reconocemos la valentía de las Juezas que se atrevieron a enfrentar la
impunidad y la corrupción existentes en los tribunales de justicia, a
pesar de los costos que ello representa en el desempeño de sus
funciones. Como Movimiento de mujeres, expresamos nuestro rechazo hacia
las actitudes misóginas del Abogado Francisco García Gudiel, defensor de
Efraín Ríos Mont en contra de la jueza Jazmín Barrios.
A
pesar del fallo desfavorable de los tres magistrados de la Corte de
Constitucionalidad que el día 20 de mayo ordena retrotraer el proceso al
19 de abril. Para el Movimiento de Mujeres Tz´ununija´ es un logro que
por primera vez las mujeres y los hombres maya-ixil hayan ejercido su
derecho de acceder a la justicia. Ojalá los demás tribunales de justicia
se vayan concienciando para que en el futuro inmediato los 4 pueblos
que coexistimos en Guatemala tengamos acceso a la justicia en igualdad
de condiciones. Se espera que el Sistema de Justicia luche contra la
impunidad para avanzar en el fortalecimiento de la paz en Guatemala, y
no en la implementación de la impunidad para favorecer al poder
económico como a la fecha lo han demostrado con sus resoluciones.
Cuando
se busca justicia y se lucha contra el olvido a través de recuperar la
memoria histórica de ninguna manera se está buscando venganza. Las
personas o las instituciones que han cometido graves violaciones a los
derechos humanos como el genocidio perpetrado contra el Pueblo Maya-Ixil
y contra todos los pueblos mayas de Guatemala deben ser condenadas
conforme a lo establecido en el Código Procesal Penal y en los
instrumentos internacionales en materia de Derecho Internacional
Humanitario de los cuales el Estado de Guatemala es signatario.
El
Ejército, el (CACIF) y las empresas transnacionales fueron los autores
intelectuales del genocidio en Guatemala y todo por su ambición de
acaparar capital a costa de la explotación y la exclusión de los Pueblos
Maya, Garífuna y Xinka. En consecuencia, se oponen a la búsqueda de la
justicia, la equidad y el respeto a los derechos humanos y por ese
motivo han emitido continuos campos pagados para confundir a la
población.
Las
mujeres mayas rechazamos la represión que ha enlutado a miles de
familias, luchamos por el derecho a vivir con dignidad e insistimos que es necesario construir sociedades con justicia social, sin discriminación racial y de género.
Iximulew Oxlajuj E, Guatemala 22 de mayo de 2013------------------------------ ---------------------
Cordialmente:
Movimiento de Mujeres Indígenas Tz´ununija´
Guatemala, C.A.
Cordialmente:
Movimiento de Mujeres Indígenas Tz´ununija´
Guatemala, C.A.
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