Por:: Melissa Cardoza
Podemos
sentarnos en nuestros rincones, mudas para siempre,
mientras nuestras hermanas y nosotras mismas nos arruinamos,
mientras nuestros hijos son distorsionados
y destruidos,
mientras nuestra tierra es envenenada,
podemos sentarnos en nuestros seguros rincones mudas como botellas,
y aún así no
tendremos menos miedo.
Audre
Lorde. Los diarios del cáncer.
Con una cara compasiva y la afirmación
de Para qué se matan tanto si a estos
malditos no les importa nada, mi vecina querida, solidaria, que me guarda
tamales y está pendiente de mi tos madrugadora está convencida de lo que me
dice. Sabemos que por ahí tiene razón, a este patriarcado, la vida de la gente no le importa nada, la de
las mujeres, menos.