10 de septiembre de 2008

¡Basta de impunidad a los violadores!


DESDE YA ME OPONGO A LA PRESENCIA DE DANIEL ORTEGA EN EL SALVADOR COMO UN ACTO DE REPUDIO Y DE DEFENSA A LA INTEGRIDAD DE LAS MUJERES

El calendario anuncia una vez más la fecha. Sí, la fecha para conmemorar el día internacional de la mujer y el día nacional de los derechos humanos de la mujer. Cuando sabemos de un problema que afecta a la niñez, por lo general, la reacción es empática: que si no estudian, que si no tienen que comer, que si reciben malos tratos y se les agrede, etc.. Sin embargo, ésta dura (la empatía) mientras el involucrado no sea una persona que de una u otra forma tiene poder; en esos casos, dichos abusos caen en el saco de la impunidad. La impunidad se da en todo el mundo, independiente del tipo de ideología política, religiosa o filosófica ni del modelo económico. Sobre todo si se trata de agresiones sexuales. Si no, veamos cuál ha sido el resultado del caso de asesinato y violación de la niña Katya Miranda, en nuestro país. O el caso que en 1998 conmocionó a la sociedad nicaragüense por la acusación hecha por Zoilamérica Narváez, hijastra de Daniel Ortega, de haberla sometido durante varios años a abusos sexuales cuando era menor de edad. Ante este señalamiento criminal, Ortega refutó con el argumento de que como diputado gozaba de inmunidad y posteriormente alegó la prescripción del delito, logrando que el caso fuera archivado por el sistema de administración de justicia nicaragüense.
Como represalia al apoyo brindado en su momento a Zoilamérica de parte de las organizaciones feministas de Nicaragua, en octubre de 2006, a instancias de Ortega, las personas diputadas de su partido derogaron el aborto terapéutico y en noviembre de 2007 ratificaron la penalización del mismo, condenando a la muerte a decenas de mujeres y retrocediendo el estado de los derechos de las mujeres a finales del siglo XIX.
Desde entonces, se ha desatado toda una “cacería de brujas” y persecución en contra de ONGs, Agencias de Cooperación, líderes del movimiento de mujeres, poetas, intelectuales, periodistas, lideres de sociedad civil y contra cualquiera que se atreva a denunciar estos abusos. Esta situación ha generado una serie de protestas de parte de funcionarias y mujeres feministas, en diferentes países: Chile, Argentina, Paraguay y Honduras, donde han expresado su repudio contra la visita del presidente de Nicaragua Daniel Ortega, por considerarlo un violador de los derechos humanos de las mujeres, tanto en lo público como en lo privado/lo cotidiano.
Yo creo firmemente en la democracia, aparejada a los principios de justicia y equidad dentro de un marco de irrestricto cumplimiento de los derechos humanos, por eso me opongo a la instauración de la impunidad como forma de proteger a los violadores de niños y niñas, tal es el caso de Katya Miranda, y exijo las medidas pertinentes para dar cabida a la reapertura del caso y buscar justicia. Por otra, desde ya me opongo a la presencia de Daniel Ortega en El Salvador, como un acto de repudio y de defensa a la integridad de las mujeres, y como una afirmación contra la impunidad, e insto al Gobierno de El Salvador para que impida la llegada de Ortega a la XVIII Cumbre Iberoamericana, que tendrá lugar durante el mes de octubre en el país. Tanto el caso de Katya Miranda, en nuestra nación, como el de Zoilamérica Narváez en Nicaragua, son dos casos emblemáticos de violación de derechos humanos de las mujeres y las niñas, los cuales no merecen quedarse impunes.
Gilda
Parducci
Colaboradora
Publicado en El Mundo, 10/09/2008, El Salvador

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