23 de septiembre de 2008

Dialogo entre Las Petateras

Un rasgo en común de los Observatorios que hemos desarrollado en Nicaragua y Honduras, es el cuestionamiento sobre el pacto patriarcal por parte de actores autodenominados de izquierda, que en los hechos están traicionado muchos de sus fundamentos.

Nos parece muy importante llevar esta reflexión al Foro Social de las Américas, sobre todo de cara a la campaña de desprestigio y hostigamiento contra las feministas nicaragüenses que se ha extendido a feministas de otros países mesoamericanos.

Para ello les pedimos responder a alguna de las siguientes preguntas (u otra relacionada que ustedes quieran plantear), que serán el insumo para un documento de Petateras sobre este tema que difundiremos en el Foro:

¿Qué izquierda queremos las feministas?


¿Por que las feministas estamos cuestionando a gobiernos/sectores de nuestros países, autodenominados de izquierda?


-Marusia Lopez Cruz


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¿Le tendremos que llamar "de izquierda? o de una vez "revolución /transformación social"? La izquierda nos remite a polaridades dicotomizadas y a parlamentos (de donde viene la palabra).

Como feminista lo que quiero es que los proyectos, procesos y propuestas de revolución/transformación social" se sustenten también en la igualdad entre los sexos y el reconocimiento y respeto de los derechos de las humanas consagrados en las propuestas y practicas mismas para avanzar en ello.
Que aborden el patriarcado como paradigma que se expresa en el capitalismo y todas las formas de dominación, control y dicotimización.

"Si las mujeres no podemos tener paz y derechos en esos procesos, no es mi revolución!"


-Maria Suarez Toro


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Pienso que como feminista mesoamericana no quiero ni una izquierda patriarcal ni una derecha feminista (Sarah Palin). Las feministas que no somos ni de derecha ni de izquierda hemos luchado durante generaciones por una revolución profunda que produzca una sociedad basada en la ética del cuido en vez de sociedades, ya sean capitalistas o socialistas, basadas en la ética de la producción de bienes para el beneficio de muchos o pocos que dejan por fuera todo lo relacionado con la reproducción de la vida y que aunque beneficien a muchos, siempre están basadas en la expropiación de lo que debería ser de todas y todos. La mayoría de los gobiernos de izquierda o autodenominados de izquierda siempre priorizan lo público y la producción de bienes antes que la vida privada y el cuido de todas las formas de vida así que yo no sé si Ortega es o no de izquierda, lo que sé es que es un cochino patriarca y por ende, no merece el respeto de nadie.


Estoy en Warsaw donde las feministas dicen que mil veces prefieren el horrible capitalismo a lo que les tocó vivir bajo el socialismo soviético. Pero por qué tenemos que escoger? Yo pienso que podemos ir construyendo nuestras utopías sin tener que encajarlas en socialismo o capitalismo.


-Alda Facio


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¿Qué izquierda queremos las feministas?

Pues una izquierda feminista, ecologista, que promueva el cuidado de la vida, en lo personal y en lo colectivo, que viva sus propuestas. Hasta ahora no conozco una izquierda así, por esa razón, no participo en ningún grupo, partido... que sea de izquierda. Comparto con la izquierda el sueño de la justicia social, de la distribución equitativa de la riqueza, pero resulta que la entendemos de maneras muy diferentes, pues ellos solamente ven pobres, me parece que su propuesta de democratización se queda más en el nivel de la institucionalidad, que en el nivel de las relaciones sociales, por esa razón las reivindicaciones feministas, de los pueblos indígenas y otras no son incluídas, y en su propuesta no cuestiona de manera contundente el patriarcado ni el racismo.

Desde mi punto de vista, las feministas seguimos cuestionando a las izquierdas porque estas siguen siendo patriarcales e incongruentes con muchos de sus principios.

Sobre este tema, podríamos hacer una investigación, me doy cuenta que seguramente le falta argumentos a lo que expreso pero, en la historia, las izquierdas no han sido nuestras aliadas, muy por el contrario, generalmente solamente han utilizado y en otros condenado el accionar feminista.


-Liduvina Méndez García

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Hola a Todas, creo que la categoría de izquierda y derecha buscan diferenciar proyectos históricos antagónicos y pretendían no dar paso a ambiguedades políticas, no obstante estas categorías se han quedado cortas y paradójicamente dan paso a prácticas políticas más ambiguas que nunca, tales como un antiimperialista violador de mujeres.

Originalmente, por lo menos en teoría, aprendimos que se refieren a proyectos uno de muerte y explotación de los seres humanos y el otro de vida y de igualdad liderizados por "gente clara políticamente y buena". No obstante, la práctica ha demostrado que esta forma de abordar nuestras realidades ha permitido el desarrollo de perversiones y manipulaciones (que se creían solo potestad de la derecha) por parte de algunos autodefinidos izquierdistas, así como el anquilosamiento y poco desarrollo de propuestas integrales de transformación que respondan a los nuevos retos de nuestras sociedades y sus complejas dinámicas. Hoy padecemos un liderazgo de izquierda ahistórico, poco autocrítico, ignorante de nuevas perspectivas, sin discurso cónsono con los nuevos protagonismos sociales; padecemos un liderazgo patriarcal.

Así que respondo a la pregunta elaborada en base a esas categorías, aunque hoy me cuesta verme en ellas:

-Me considero una feminista de “izquierda no fundamentalista”, quiero ser parte de un proyecto histórico liberador bajo diversos paradigmas de construcción de felicidad y realización humana, y que no sea el paradigma único impuesto y reciclado del machismo leninista el que nos señale “lo políticamente correcto”.

-Quiero una izquierda radicalmente democrática que luche contra cualquier forma de violencia y discriminación entre los seres humanos.

-Una izquierda dispuesta a ser dialéctica e histórica que se mire autocráticamente para crecer y seguir alimentando múltiples paradigmas de vida y que permita la diversidad y el diálogo como método de trabajo político. Que reconozca sus errores, debilidades y retos.

-Una izquierda que no tire LA LÍNEA caudillista, sino que sea lo suficientemente sabia como para escuchar y consultar a las personas y potenciar liderazgos para la toma de decisiones colectivas, informadas y en conciencia.

-Una izquierda abierta al intercambio con otros paradigmas revolucionarios y al aprendizaje permanente.

-Una izquierda que no le tema cuestionar a los malos liderazgos de izquierda, que no se haga la de la vista gorda con sus “camaradas” y les tapen sus delitos.

-Una izquierda que busque la coherencia entre lo privado y lo público y que reconozca que los líderes machistas y abusadores no son revolucionarios sino una ofensa al proyecto liberador.

-Una izquierda que tenga la ética, la transparencia y la lucha contra la corrupción como principios de trabajo.

-Una izquierda cuyo paradigma sea la plena realización planetaria, el derecho al placer y a la felicidad en todas las etapas de la vida.

En fin, deseo una izquierda de Verdad con una visión histórica, dialéctica, holística, alegre, sana, ética, respetuosa de las diferencias, no fundamentalista, una izquierda feminista.

Hoy cuestionamos a nuestras izquierdas por incoherentes e irresponsables, por estafar los sueños y utopías que han estado vendiendo a nuestros pueblos, por jugar con las esperanzas y solidaridades de miles de hombres y mujeres que han dado su vida por seudo proyectos revolucionarios.

-Mariela Arce

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