Queridas todas:
seguramente ya saben que los 12 compañeros de Atenco, presos con condenas de hasta 112 años, finalmente ayer obtuvieron su libertad en una decisión histórica de la Suprema Corte de Justicia.
Fueron días muy intensos, llenos de emociones encontradas, de incredulidad pero también de esperanza. Estas cosas no se ven comunmente en nuestro país tan agobiado y dolorido por la violencia y la impunidad. Al salir ayer de la Corte miles de personas de todos los movimientos sociales celebraron como si cada uno de los presos políticos liberados fuera de su propia familia, de su propia organización. Trini, Martita, Mari y todas las mujeres del Frente de Pueblos se hacían más hermosas con cada lágrima de alegría que derramaban. Salieron con la frente en alto sabedoras que esta lucha se ganó gracias a la inteligencia, decisión y transgresión de las mujeres: que no dejaron caer al movimiento después de la represión, que construyeron su propio y legitimo liderazgo, que transformaron la cultura política y familiar marcada por el machismo. Su transparencia y honestidad, su voz auténtica y clara, su indignación sabia, hicieron de este movimiento uno de los más acompañados nacional e internacionalmente en México, después del zapatismo.
Para mi ha sido un honor acompañar esta lucha y me siento muy afortunada de que ustedes hayan creído y apoyado decididamente nuestra participación. Ayer un compañero de Atenco me dijo "gracias compañeras por haber optado por la lucha de las mujeres, eso nos ha enseñado y no saben todo lo que nos ha beneficiado".
Muchas luchas no seguirán convocando, pero hoy tenemos un motivo para celebrar.
Un abrazo, grande. Marusia
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