30 de abril de 2012

Repensando las luchas de las mujeres por otros modelos de desarrollo

De Opinión
                                          
 María Suárez Toro

¿Cómo nos estamos posicionado las mujeres ante los poderes globales y sus políticas económicas en el mundo hoy? ¿Cómo estamos resinificando nuestras experiencias para que no queden entrampadas en esas políticas? ¿Cómo estamos identificando lo que queremos nosotras y no podemos encontrar en las políticas y modelos hegemónicos actuales?  


Eso es lo que fui a buscar al Foro de la Asociación de Mujeres por los Derechos humanos y el Desarrollo (AWID) "Mujeres Transformando la Economía", que se realizó en Estambul, Turquía con la participación de más de 2,000 activistas, académicas, filántropas, funcionarias de fondos de mujeres y de agencias internacionales. 


 

Es Foro estuvo tan espectacularmente organizado logísticamente por AWID que no había donde perderse para encontrar las sesiones a tiempo, comer rico, transportarse desde los hoteles a tiempo y contar con un programa orientador de las presentaciones y sesiones. Además contó con un excelente segundo piso de auto-cuidado donde descansar y hasta lograr un masaje de relajación cuando fuese necesario en jornadas largas de casi doce horas cada día. Y el arte en las paredes recreaba la vista y el espíritu en el camino entre sesiones. 


Me llamó la atención la "sobriedad" de materiales con las que las organizaciones llegaron al evento esta vez: casi no hubo folletos, afiches, botones, camisetas y demás publicidad. Interpreté casi de inmediato que la crisis financiera está afectando fuertemente a todas nuestras organizaciones y que posiblemente las publicaciones digitales  han sustituido en gran medida las de papel.  La austeridad es una buena medida.

"Transformar la economía" fue un tema que le quedó grande al esfuerzo. Lo que pude percibir y sentir, en medio de los desgargantes testimonios de violencia, pobreza y desempoderamiento de las mujeres en todos los rincones del planeta es que estamos tan ocupadas en pelear apenas "por el derecho a existir" (Mohamadieh) que las fuerzas muchas veces no dan para mucho más.

Es un sistema que fue caracterizado como un "nuevo mundo feroz" (Sen) en el que "se han roto los contratos sociales y han emergido nuevos actores, pero los viejos poderes no quieren ceder."  Y yo añadiría que no solo es que no quieren ceder, sino que se están reinventando en el contexto actual en que sus modelos y modalidades están en crisis.

Es, en efecto "feroz" lo que enfrentamos. "Lo que está en crisis es el modelo de acumulación de capital, no sólo son crisis financieras, sino del modelo de acumulación mismo" dijo Gina Vargas, citando un teórico economista, para aclarar que no es siquiera una crisis de paradigmas, sino una crisis civilizatoria. Fue dramática su ponencia pues a lo que nos enfrentamos es si la especie humana va a poder seguir viviendo en este, el único planeta que nos alberga. Aclaró que las tales propuestas de "economía verde2 no son otra cosa que la determinación de los poderes económicos de explotar lo que denominó "la última frontera", que equivale a los recursos naturales que faltan por convertir en mercancías para la acumulación de capital: el agua, el aire, los mares, los bosques, el espacio, etc.

Yo vi y escuché otra frontera inagotable en el Foro. Porque "incivilizada" también es la forma como nuestra especie se relaciona entre sí y dónde las mujeres pagamos el peor precio. Dijo la economista feminista árabe que "apearse gobiernos autoritarios es fácil, lo difícil es cambiar las culturas."  Y nuestras culturas son las de la desigualdad, donde las mujeres somos las más desiguales.

La frontera inagotable que percibí en el Foro es la de la explotación de las mujeres pobres y en contextos en que casi todas estamos siendo empobrecidas cada vez más.
Las políticas expansivas de micro crédito de los bancos me parecieron el equivalente de las políticas "verdes" para la acumulación de capital de las que hablaba Vagas.

Son miles de millones de mujeres pobres luchando por mantener la esperanza de salir de la miseria, luchando el control del dinero del crédito en su casa mientras hacen todo lo demás en ellas, luchado por encontrar un mercado para invertirlo bien, luchando contra sus maridos o compañeros o hijos o padres para que no se los arrebaten, escondiendo las pocas ganancias (si lo logran) porque ese es el momento en que las agreden para arrebatarle lo que no se debe al banco, pasando hambre si es necesario con tal de pagarle al banco, perdiendo el suelo porque si no pagan el banco viene y les quita lo que compraron. Y empezar de nuevo el intento. Y así se reproduce el ciclo de la pobreza mico crediticia.

No estoy hablando de los proyectos de organización de mujeres alrededor del empoderamiento económico y político como el que expuso en una sesión Amarilis Pagán de MATRIAS en Puerto Rico.  Aclaró que el micro crédito es el último eslabón al que acuden con las mujeres cuando ya han agotado otras múltiples vías y cuando el acompañamiento organizativo que hacen con ellas es estratégico, es decir, luchando políticamente contra las políticas globales por la igualdad, etc.

Pero creo que esos no son el común denominador de las iniciativas. Espero haberme perdido algo en las exposiciones que escuché sobre el tema pero escuché a muchas decir que el rédito es que las mujeres pobres se organizan. No expresaron muy bien para qué se organizan o no lo escuché.

De la exposición que le escuché a la economista neozelandesa Marilyn Warring, autora del pionero libro de hace dos décadas, Si las mujeres contaran, a pesar de que no dijo nada nuevo de lo que ya estaba en sus viejos trabajos, lo interesante es que nos recordó que las mujeres vivimos bajo otros valores que no son los del neoliberalismo, cuidando, contando los escasos recursos con austeridad bajo el criterio de que alcance para todos y a veces todas (muchas veces, si lo alcanza, ellas se quedan por fuera), produciendo en la casa para complementar salarios, etc.

¿Qué pasa que esta dinámica lleva 6,000 años y no cambia la situación económica y no hemos podido impactar los modelos y las políticas? No tengo respuestas, solo la pregunta. Pero algunas mujeres se refirieron a ello en el Foro.
Zoe Gudovic, activista directora del Reconstruction Women's Fund en Serbia, dijo que "enfrentar el poder económico es una estrategia acumulativa; el poder puede ser de beneficio de las mujeres si no se somete al poder de las armas y si las mujeres nos dedicamos a deconstruir el patriarcado, es decir, si logramos una conciencia de que las mujeres no somos inmunes a la influencia del patriarcado mismo." Añadió que los cambios son posibles mediante el trabajo transformador de las mujeres, desde sus propios conocimientos, "ese es "el capital" que tenemos y el que podemos aportar a los cambios humanos universales."
Francisca 'Pancha' Rodríguez, Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas de Chile (ANAMURI) y CLOC-Vía Campesina, Chile citó a una feminista que le dijo que el movimiento feminista surgió relacionado con las luchas libertarias. "Esto genera una nueva cultura de mujeres en el continente." Añadió s vital la transformación de las estructuras de poder. "Hay muchas cosas nuevas en el mundo de hoy: la ofensiva de las trasnacionales, el saqueo de las biodiversisdad, la desvalorización de nuestros movimientos, concentración de las tierra y el agua, nuestros saberes, o semillas están controladas y prohibidas por las patentes, no se nos deja cultivar y comercializar."
Lissy Joseph, activista de la India y miembra del Migrant Forum in Asia que "cuando las mujeres se reconocen como trabajadoras saben que tienen poder en su interior y que juntas pueden organizar un mejor mundo, organizando su propio poder y liderazgo."
La economista árabe, Kinda Mohamedieh hizo un análisis muy impactante sobre lo que acontece en su región. Me impactó su capacidad de tejer en su discurso de manera muy fluida asuntos de economía, política y cultura,  y de pasar de lo macro a lo micro y volver a lo macro con una soltura impresionante. Su tesis consignada en su trabajo escrito Las amenazas de las instituciones financieras multilaterales y regionales es que hay que repensar totalmente las políticas de desarrollo (que no son sólo económicas) y que los levantamientos masivos ante el impacto de esas políticas son una buena oportunidad para revisar hacerlo con el concurso de amplios sectores de la población que se han visto afectados.  Para ella la revisión debe estar asentada en los derechos ciudadanos de todas las personas, especial atención a las exclusiones.
Espero que no todas tengamos que pasar por tanta "tormenta" (así rebautizó la feminista turca, Zelal Ayman la tal "Primavera árabe) para poder tejer de esa manera. ¡O tal vez es al revés: por esa manera de tejer es que se metieron las feministas árabes en el ojo de la tormenta!
Un panel de mujeres árabes en el que participaron cinco feministas de distintos países que han pasado por las "tormentas" concluyó que las mujeres se destacaron en las luchas pero las luchas no cambiaron su estatus; que como ellas son las que cambiaron,  ahora quieren cambiar el mundo. ¡Las percibí decididas a no conformarse con menos!
Me quedé con las ganas de saber qué mundo quieren. Esa se las debo a ustedes, mis lectoras, pues estoy contactando a las mujeres árabes para que me contesten esta pregunta que se me quedó en el tintero de la escribana.

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