(maria2003@racsa.co.cr)
Panamá, febrero  (SEMlac).- Silvia Carrera, panameña, artesana y agricultora de la  Comarca Ngöbe Buglé, ubicada en el occidente del país, es la primera  cacica en la historia de su pueblo.
A escasos cuatro meses de hacer  sido electa, en este febrero le correspondió encabezar a su etnia de  160.000 indígenas en una lucha por el control autónomo de sus recursos  mineros e hídricos en un territorio de aproximadamente 7.000 kilómetros.
Durante  más de una semana de movilizaciones locales y nacionales, ella condujo  la ocupación de tramos de la Carretera Panamericana que atraviesa la  región y llamados al gobierno para realizar un diálogo.
En el mismo  período dirigió acciones de defensa frente a un operativo estatal por  aire y tierra que significó dos muertos entre los manifestantes, miles  de heridos por bala, golpes y gases lacrimógenos y cientos de detenidos.  Adicionalmente, fueron cortadas las comunicaciones celulares y  telefónicas en la zona.
Culminó exitosamente una negociación que hizo  retroceder al gobierno de Ricardo Martinelli. A sus 42 años de edad,  respaldada por su pueblo, por los movimientos sociales y fuerzas  progresistas de su país, logró que se excluyera de la propuesta de  Reforma al Código Minero (30 de enero) un artículo que ya había sido  negociado el año anterior con los Ngöbe Buglé.
El artículo 5, que  excluía a la Comarca de las cláusulas favorables a la explotación minera  en el país, había sido eliminado en el nuevo texto de la reforma.
Calificada  por la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas de Panamá como una  protesta que unió a todo el país contra los abusos del gobierno actual,  poetas, estudiantes, trabajadores, mujeres, organizaciones indígenas de  las otras seis etnias existentes, partidos políticos de oposición y  organismos de derechos humanos nacionales e internacionales manifestaron  su apoyo mediante declaraciones y vigilias.
Finalmente, el 8 de  febrero se firmó un acuerdo entre el gobierno y los Ngöbe Buglé, en el  que se estableció que el gobierno respetará la exclusión de la Comarca  en la Reforma al Código de Minería. Adicionalmente, las autoridades se  comprometieron a liberar los detenidos y ofrecer atención médica a los  afectados, indemnizar a los familiares de las dos personas que murieron,  reestablecer las comunicaciones y retirar el operativo especial de las  fuerzas de seguridad en la zona.
SEMlac entrevistó a Silvia Carrera el 13 de febrero vía Skype.
¿Cómo te sientes después de semejante gesta?
Estamos  vigilantes porque, aunque logramos sentar al gobierno para negociar con  nosotros, la legislatura debe aprobar el Código de Minería excluyendo  la explotación en nuestra zona, no hay garantías. Ya anteriormente, en  2011, se había aprobado el Artículo 5, pero ese año lo trataron de  introducir otra vez. Además, estamos invitando a los organismos de  derechos humanos de la Organización de Naciones Unidas para que vengan a  investigar las violaciones ocurridas, cosa que está pendiente.
¿Cuáles son las principales violaciones a los derechos humanos que se han cometido contra ustedes en este período?
Primero,  se nos violó el derecho a la comunicación cuando se ordenó a las cuatro  compañías de celulares que nos cortaran las líneas. Luego se nos quitó  el derecho a movernos por el territorio, cuando mandaron policía por  aire y por tierra a no dejarnos circular. Después nos reprimieron con  gases, tiros y redadas a centros e iglesias donde dormíamos. Murieron  dos de bala y, aunque no se sabe quiénes lo hicieron, lo que sí sabemos  es que no fuimos nosotros porque no teníamos armas.
¿Derechos indígenas?
El  respeto a la Carta Orgánica que habla de respetar la cultura y  tradición indígena, de eso estamos hablando. Los Ngöbe Buglé somos  artesanos y agricultores. Con el producto de esos trabajos mandamos a  nuestros hijos a la escuela y atendemos la salud. El gobierno actúa mal  porque quiere apoderarse de todos los recursos naturales para beneficio  de otros, no para su gente. El derecho nativo que defendemos es para  poder vivir con lo que tenemos, no para regalarlo. ¡Por regalar las  riquezas es que somos pueblo pobre en Panamá!
¿Derechos de las mujeres?
Se  han comenzado a escuchar rumores de hostigamientos sexuales a las  mujeres de parte de la policía, cuando irrumpieron a iglesias y lugares  de concentración, pero eso hay que investigarlo, no está claro todavía.  Usted sabe que eso cuesta que se hable y después es que sale mucho. Hay  que investigarlo.
¿Cuáles son los derechos de las mujeres?
La  autonomía de nuestros proyectos productivos, que es la libertad para  desarrollar nuestros proyectos, prepararnos y organizarnos para  enfrentar la discriminación. Los hombres ya saben que somos importantes,  pero a veces los líderes no quieren escuchar a las mujeres. Nosotras,  en las reuniones, hemos empezado a hablar de los grandes temas también.  El voto de confianza de mi pueblo ha cambiado eso para trabajar juntos.
¿Qué ha sido lo más fácil para ti y qué ha sido lo más difícil en esta lucha como cacica?
Es  fácil esta lucha porque mi pueblo piensa igual que yo: que falta  participación directa en las decisiones. ¡Y como yo pienso que ejercer  mi cargo es para que trabajemos unidos, pues es fácil porque todos  queremos eso mismo! La mayor dificultad viene de que el gobierno no  quiere otorgar y respetar ese derecho. Ni siquiera quiere que nos  reunamos, porque cada vez que lo hacemos nos desaloja, nos reprime, nos  detiene.
Insistes en que hay grandes retos por delante  porque, además de los acuerdos que hay que monitorear para que se  cumplan, existen otros temas que no fueron resueltos en la negociación  todavía.
En la comarca tenemos grandes problemas con el  recurso hídrico también. No hay suficiente agua para beber, para lavar y  para trabajar porque hay tres compañías que están sacando el agua. Los  indígenas no sobrevivimos sin la tierra; es nuestro sustento porque  somos agricultores y para cultivar se necesita agua. Si nosotros no lo  defendemos, ¿quién? Por eso salimos a las calles y carreteras en  protesta. Por eso es que a la vez que celebramos el logro de nuestras  movilizaciones, al haber obligado al gobierno a retroceder en lo que  tiene que ver con la minería, seguimos en pie de lucha, porque el punto  dos de la negociación quedó pendiente. Estamos exigiendo una Ley  Especial que prohíba la explotación de los recursos hídricos.
¿Recibieron apoyo de afuera?
América  Latina se solidarizó. Cuando la Presidenta de Costa Rica dijo que  habíamos retenido a unos costarricenses de un bus en la Carretera  Interamericana, los costarricenses nos ayudaron a desmentir eso. Y luego  vinieron y nos expresaron su solidaridad.
Hay que seguir apoyando  esta lucha que ocurre en todo el continente. Nos quieren arrinconar para  apoderarse de nuestros recursos y derechos, pero no se puede permitir.  Hay que pronunciarse en el sentido de que esto no ha terminado.
 
 
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